Estaba preparado. ¡Vaya si lo
estaba! Iba a ser la carrera del siglo.
El sol brillando en lo más alto
del firmamento, nubes sedosas y blandas como el algodón sobre mi cabeza y la
arena caliente del desierto bajo mis patas. ¡Sublime placer!
Un rival a mi derecha y otro a la
izquierda, feos como ellos solos. Lenguas fuera para captar los olores del
viento. Preparados… listos… ¡Ya!
Salgo disparado sin que nadie me
detenga. Tomo la delantera y mis patas no corren, ¡vuelan! Saltó y esquivo una
piedra. Delante, cada vez más cerca, la pequeña duna que hace de meta.
Ya no soy capaz de divisar a mis
perseguidores, los he dejado muy atrás. Derrapó hacia un lado y encaro la recta
final.
Llego, gano, comienzo a celebrar.
Y entonces, una criatura enorme, gigante y de metal, me pasa por encima, levanta
una nube de arena sobre mi cabeza y expulsa por el trasero otra mucho más negra
y fiera, ¡apesta!
Es rápida, muy rápida, la
criatura más veloz que he visto jamás. Ojalá, algún día, pudiera ser como ella
y ser el lagarto más veloz sobre la tierra.
*Escrito originalmente el 9 de Diciembre de 2022.
Pues... saqué la idea de un sueño. Y sí, el prota es un lagarto corredor de atacama y... me encanta!
**Relato correspondiente a Literup 52 retos-de-escritura-para-2022. Trigésimo cuarta semana, haz una historia que ocurra en el desierto.
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