—¿Sabe usted por qué está aquí?
—Porque van a juzgarme.
—¿Y sabe por qué vamos a juzgarlo?
—Por mis pequeños pecados, como a todo el mundo.
—No tan pequeños. Y no como a todo el mundo.
—No creo que fueran para tanto…
—¿Qué no?, con tan solo tres años robó los muñecos de los
demás niños del parque. Y lo hizo un día tras otro, con premeditación. Y no
porque le gustaran o los quisiera, sino porque eran de los otros.
—Que va… no lo creo.
—En el instituto, mintió, calumnió y se las apañó para
desprestigiar al alumno más popular de su curso.
—Se lo merecía. Todos los tíos y todas las tías iban detrás
de él y no tenía nada de especial.
—Era una persona intachable, hasta que usted consiguió
mancharla.
—Eso es exagerar un poco demasiado…
—No, no lo es. Y en el banco, no le fue suficiente con ir
sustrayendo unos cuantos dólares de las cuentas más suculentas, siempre quería
los de este y los de aquel, los de los millonarios y los de los más pobres.
—Eso fue por justicia, su señoría.
—Eso fue por envidia, acusado.
—Ya estamos…
—Sabe, a la persona que entró antes que usted la condené a
cincuenta años. ¿A cuántos cree que debería condenarlo a usted?
—¡¿A cincuenta?!, ¡pero si era un pusilánime y un blandengue!, yo merezco como poco lo mismo que él, incluso el doble.
—Muy bien, en eso estamos de acuerdo. ¡Lo condeno a pasar
cien años en el círculo más bajo del purgatorio!
—¡No, espere, no quería decir eso!… ¡Mierda!
Pues... no tenía la intención de que fuera un dialogo tan extenso, simplemente empecé y ya no fui capaz de pararlo. Luego recordé que en el reto del año anterior hubo uno igual y dije, pues adelante, solo diálogo XD
**Relato correspondiente a Literup 52 retos-de-escritura-para-2022. Vigésimo séptima semana, Escribe un relato sobre un personaje al que solo le mueve la envidia.
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