Gerry intentó abrir los ojos, pero no pudo. Después
intentó moverse y fue cuando se puso nervioso. No podía sentir su cuerpo. Pensó
que lo habían atado o que tal vez había sufrido un accidente y se había quedado
parapléjico de cuello para abajo. Pero no tenía sentido, porque de ser el caso
sí que podría abrir los ojos.
¿Estaba en coma?
—¿Hola?, ¿hay alguien?—preguntó, sorprendido de poder
hablar.
—Hola —contestó una voz —. ¿Quién eres?
—Gerry, me llamo Gerry.
—Yo soy Mateo, tu vecino de arriba.
Gerry no comprendió. No tenía ningún vecino llamado
Mateo. Él vivía en una adosado, no en un bloque de pisos.
—¿Cómo ha sido?—preguntó Mateo.
—¿Cómo ha sido el qué?—preguntó a su vez.
—Vaya…—dudó Mateo—. Eres uno de esos…
—¿Uno de esos?
—Sí, de los que no lo saben.
—¿De los que no saben?
—Que están muertos. Porque
siento decírtelo Gerry, pero estás muerto.
Y entonces Gerry recordó. El
tabaco puede matar, decía la cajetilla. Y en su caso había sido así, pero no
del todo. Iba conduciendo y se encendió un cigarrillo porque estaba nervioso.
Jacqueline acababa de pedirle el divorcio porque había descubierto que tenía
una aventura con la peluquera de los “Rizos de oro”. Hizo un mal
adelantamiento, la colilla se le escapó de entre los dedos y cayó sobre su
muslo. Lanzó un chillido, una maldición y soltó el volante. Fue tan solo un
segundo, pero un segundo fue suficiente para perder el control y ponerse
delante de un camión. En sentido contrario.
—Y bien, ¿que fue?—insistió
Mateo.
—Un cigarrillo. Un maldito
cigarrillo.—Contestó asumiendo por completo que la suya había sido una muerte
estúpida.
—Ah, entonces como el
Ernesto—explicó Mateo—. El que está al fondo de este mismo pasillo. Abajo a la
izquierda.
Gerry no dijo nada, porque estaba
seguro de que no, no había sido igual que el tal Ernesto. Y en su lugar
preguntó:
—¿Esto terminará alguna vez?
—No—Contestó Mateo—. Pero te
acostumbrarás. Los miércoles jugamos al teléfono descacharrado y los sábados es
día de chistes.
*Escrito originalmente el 4 de Julio de 2021.
Pues... Se lo leí a una amiga y me dijo que no le encantó, que con la segunda escucha mejoraba y que le caía bien Mateo. Yo le dije que por lo menos cumplía con la premisa y que lo que había que pillar era el humor negro. Y ya... pero creo que no la dejé muy convencida XD
**Relato correspondiente a Literup 52 retos-de-escritura-para-2021. Vigésimo séptima semana, Escribe una historia en la que el protagonista es un cadáver que habla, pero no se puede mover.
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