En el centro reina la iglesia de
estilo modernista, con sus ladrillitos rojos y su vidriera de colores en la que
se distingue la virgen. Delante está la fuente de la plaza con sus cuatro
caños. Dos niños, el hijo de la panadera y la hija del dueño del bar, danzan a
su alrededor lanzándose agua. Muy cerca, en un lado, rodeando una mesa, hay
cuatro hombres jugando al dominó. Uno de ellos es ese que siempre va a la
iglesia, el que lleva barbita y resulta bastante sexi pese a su edad. A los
otros tres no se les ve la cara, pero son el cartero, el dueño del bar y el
pastor. A este último es fácil reconocerlo porque a sus pies está tumbado su
perro, un perro de aguas de pelaje castaño que siempre te hecha las patas
encima cuando te ve. En el otro lado está el lavadero, en el que unas mujeres
que ahora son ancianas lavan la ropa con el mismo aspecto que debían tener
cuando eran jóvenes. Al fondo del todo se distinguen las montañas, con sus
pinos verdes. Y delante, el campo de amapolas, sembrándolo todo de pequeños
puntos rojos.
Es perfecto.
Cuando el alcalde descorre la
improvisada cortina que han usado para taparlo, los allí reunidos suspiran de
placer, anonadados por lo que la muchacha ha hecho. Ha conseguido plasmarlo
todo. Su esencia. Y a ellos.
Arriba, en letras rojas que hacen
juego con las amapolas, se puede leer el nombre del pueblo y un poco más abajo,
casi rozando la cima de las montañas, el lema.
“Un lugar al que pertenecer”
La diseñadora gráfica se hecha al
hombro su mochila, feliz por el trabajo bien hecho. Feliz por conseguir aquello
que se había propuesto. Sorprenderles. Enamorarlos igual que el pueblo
consiguió enamorarla a ella. Porque allí le sucedió lo que siempre le sucede,
que pese a pasar tan solo una semana entre sus calles y sus gentes, se sintió
en casa. Sintió que aquel era un lugar en el que cualquiera estaría encantado
de vivir. Un lugar al que ahora también una parte de ella pertenece.
*Escrito originalmente el 6 de Junio de 2021.
Pues... no sé me ocurría nada. Me parecía un tema demasiado general y no sabía muy bien que es lo que hace un diseñador gráfico. Así que me dije, bueno, pues haz como que se encarga de un cartel de los típicos estos que están a la entrada de los pueblos y anuncian sus bondades.
**Relato correspondiente a Literup 52 retos-de-escritura-para-2021. Vigésimo tercera semana, Crea una historia en la que aparezca una diseñadora gráfica.
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