#52RetosLiterup - Semana 22: El rey

 

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 —¿Por qué quieres ir allí? —Le preguntaron—. ¿Es por el mundial?

 Él se había mantenido muy serio y había dicho:

 —No. Es por el rey.

 Entonces lo habían mirado como si estuviera loco, como si pensaran que iba a ir allí a cazar elefantes.

 No podían entenderlo, en sus cuarenta y siete años de vida, nunca había salido del país. No era de esos que se volvían locos por viajar y ahora, de repente, se largaba a la otra punta del mundo sin dar más explicación que la de que se iba de viaje. Un viaje de veinticinco días muy caro, que le había costado casi todo el dinero que tenía ahorrado.

 Cuando el avión aterrizó en Johannesburgo, lo primero que hizo, antes de ir siquiera al hotel, fue montarse en el bus turístico y recorrer los lugares más importantes de la ciudad: El museo del apartheid, el barrio de Orlando West de Soweto y la casa de Nelson Mandela.

 Al día siguiente partió a ciudad del cabo. Subió a Table Mountain con el funicular y contempló desde el cielo las maravillosas playas salvajes de arena blanca. Cogió el ferry para llegar a Robben island y ver el lugar donde había estado preso Mandela. Paseó por el colorido barrio de Bo-Kaap, se perdió en el jardín botánico de Kirstenbosch y disfrutó de la comida local.

 En la reserva natural De Hoop hizo senderismo, vio saltar a las ballenas y comió cebra de montaña. En santa Lucia cogió un barco para navegar por el estuario y ver hipopótamos y cocodrilos y se alojó en un hotel en el que los primeros paseaban por sus terrenos durante la noche.

 Hizo la ruta del Jardin hasta Port Elizabeth y sufrió de vértigo al cruzar los puentes suspendidos sobre el mar del parque nacional Tsitsikamma. En Gansbaai buceó con tiburones blancos en libertad y en Betty’s bay disfrutó de los pingüinos.

 Dejó el parque Kruger para el final.

 Se pasó allí nueve días con la intención de ver a los cinco grandes: El león, el leopardo, el elefante, el rinoceronte, el búfalo y sus crías. También vio guepardos, impalas, chacales, jirafas, hipopótamos, facóqueros, hienas y aves de todo tipo. Curiosamente el león fue el que más se le resistió y no consiguió dar con él justo hasta el último día, cuando ya estaba desesperado. Cuando ya pensaba que había ido allí para nada.

 Iba por libre, sin guía, en un 4x4 alquilado. Los vio subidos en un árbol, repartidos entre sus ramas. Hembras sin melena y un puñado de cachorros. Y él, el rey, tumbado en el suelo, lamiéndose las patas.

 Loco, enajenado por haberlos encontrado por fin, bajó del coche, algo que estaba prohibido, y caminó hacía ellos. Lo tenía todo pensado. Aquel iba a ser el culmen de su viaje, el punto y final de su existencia. No iba a dejar que la enfermedad lo postrara en una cama y lo convirtiera en un vegetal. Si algo tenía que terminar con su vida, prefería que fueran los leones, prefería ser comido por ellos y no por los gusanos. Prefería pensar que así de alguna manera, seguiría estando vivo y formando parte de la cadena del mundo.

 Y entonces el león rugió. Y él se detuvo. Lo miró a los ojos, se estudiaron, le pidió que saltara sobre él y le ahorrara el sufrimiento que le estaba por llegar. Pero el león no hizo nada, no se inmuto, volvió a rugir y le dio la espalda. Tal vez porque estaba saciado, porque no le apetecía, porque le parecía insignificante o porque le brindaba una nueva oportunidad. La oportunidad de seguir viajando, disfrutando y descubriendo el mundo hasta el final.

 Se dio la vuelta, subió al coche y regresó. Habló de su enfermedad, confesó lo que le pasaba, viajó, y sí, a todo aquel que le preguntó, le dijo que había visto al rey, y que el rey lo había exiliado y mandado de vuelta a casa.


 *Escrito originalmente el 30 de Mayo de 2021. 

Pues... Sí, parece una guía de viajes XD Busqué y me aparecieron un montón de lugares tan increíbles que ahora me han dejado con las ganas de ir algún día a visitarlos.

**Relato correspondiente a Literup 52 retos-de-escritura-para-2021. Vigésimo segunda semana, Ambienta tu relato en Sudáfrica.

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