La ciudad de Laundri está
dividida en dos mitades. La de arriba, la de los ricos; y la de abajo, la de
aquellos que son más que pobres, subterráneos.
Stocks pertenece al Laundri de
arriba, aunque se pasa la vida en el de abajo haciendo lo que nadie más quiere
hacer y solo a veces debe hacerse. Como encontrar a Militón, el perro perdido
de la señorita Imelda.
Antes de nada, enciende la
linterna que lleva sujeta a la cabeza, para poder ver en la oscuridad y tener
ambas manos libres. Mira a su alrededor y no hace ningún gesto de asco. Está
acostumbrado. El olor sin embargo… ya es otra cosa. De momento tampoco tiene
que preocuparse por eso. Se encuentra en la zona del tanque de tormentas,
directamente bajo el campo de golf. Según la señorita Imelda, el perro se metió
por un agujero y nunca volvió a salir.
Como hace tiempo que no llueve y
espera que siga siendo así hasta que salga, el eco le devuelve el ruido seco de
sus pasos. En las altas columnas de cemento puede ver la marca marrón que el
agua acumulada dejó la última vez. Lanza un silbido de sorpresa. Más de tres
metros y medio, casi dos veces su altura. Sube unas escaleras, recorre una
larga pasarela con barandillas y vuelve a descender otro tramo de escaleras. No
hay ni rastro del chucho. Se mete la mano en el bolsillo y saca el juguete con
forma de hueso que Imelda le dio. Lo aprieta con la mano y escucha un pitido
ridículo. Tal y como esperaba, Militón no acude corriendo. Hubiera sido
demasiado fácil. Revisa las esclusas enrejadas y en una de ellas… ¡Bingo!,
encuentra algo enganchado, un trozo de tela roja que no está descolorido ni
manchado de barro, un trozo del abrigo del perro.
Stocks lee el número que hay
pintado encima de la esclusa y que determina el sector al que pertenece el
alcantarillado: S-25. El del barrio de los restaurantes. Antes de abrirla para
pasar al otro lado, saca su pinza para la nariz y se la pone. Después se
remanga las perneras de los pantalones sobre las botas de goma y se cuelga del
cuello el silbato de las ratas que le regaló uno de los mendigos que duermen en
los túneles abandonados de la antigua línea del metro. Está hecho con un hueso
amarillento de pollo y cada vez que lo sopla suena un chirrido estridente que
le pone los pelos de punta.
Nada más meter un pie por la
esclusa, oye el clásico chapoteo que hace el agua sucia estancada del alcantarillado.
Cuando termina de pasar el resto del cuerpo, ve restos de comida flotando.
Hojas de col o algo por el estilo, trozos de cartón plastificado de palomitas,
toallitas de manos… y lo más sorprendente de todo, una rata haciendo
equilibrios sobre un vaso de refresco como si fuera un hámster en su rueda.
Para cuando se lleva el silbato a la boca, el animal ha huido despavorido y no
lo sopla.
Stocks sigue caminando por el
estrecho túnel mientras mueve la cabeza de un lado al otro iluminando los
rincones. Escucha el ruido de algo pesado arrastrándose y se tensa. Su mente
imagina que un enorme cocodrilo lo está esperando en el próximo recodo, pero
rechaza la idea porque en todo el tiempo que lleva trabajando en el Laundri de
abajo lo único que ha encontrado ha sido una colonia de tortugas, de esas que
los desalmados tiran por el váter cuando empiezan a hacerse más grandes de lo
que nunca hubieran imaginado.
Al girar en la esquina, la
linterna ilumina un bulto. Pega un respingo, pero no es más que el perro. Por
fin ha encontrado a Militón, y es un chucho de lo más feo. Pequeño y calvo, con
los dientes salidos por fuera y un collar de pinchos.
Militón tiembla. Intenta ladrar, pero lo único que consigue es
emitir un gruñido ronco.
—Ya… ya… —Susurra Stocks poniéndose en cuclillas.
Militón se aprieta todavía más
contra la pared, porque en la oscuridad, detrás de Stocks, brillan unos ojos
maliciosos, enormes y ambarinos.
*Escrito originalmente el 3 de Febrero de 2021.
Para este relato me inspiré en "Neverwhere" de Neil Gaiman, aunque quería que pareciera mas real y no tan fantasioso. Lo que no he encontrado ha sido una foto que me gustara y le pegara de verdad.
**Relato correspondiente a Literup 52 retos-de-escritura-para-2021. Sexta semana, Haz una historia que suceda íntegra bajo el subsuelo.
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